La báquica danza de cuerpos desprovistos de conciencia, embriagados hasta lo soez de inevitable mediocridad. Lo púdico de los días queda abierto para todos los públicos esta noche. Se han vendido todas las entradas. Pasas a una gran sala donde lascivas miradas firman con su sello los secretos del deseo. Música, bailes, alcohol, salivas de bocas que se unen desesperadas. Las chaquetas colgadas en el ropero.
Te sientas en la única silla que hay en medio del salón. Desnudo y desafiando con la imperfecta máquinaria corporal que secreta, parpadea y se ruboriza, miras a tu alrededor. Todos se han transformado en animales sedientos de instintos. Hay vacas comiendo canapés y serpientes ondulando por las cortinas.
¿En qué momento perdimos la identidad?
Te sientas en la única silla que hay en medio del salón. Desnudo y desafiando con la imperfecta máquinaria corporal que secreta, parpadea y se ruboriza, miras a tu alrededor. Todos se han transformado en animales sedientos de instintos. Hay vacas comiendo canapés y serpientes ondulando por las cortinas.
¿En qué momento perdimos la identidad?
Fotografía de Erwin Olaf.
2 comments:
Cuántas veces nos sentimos así, solos, desnudos, objeto de la mirada y el instinto de quienes nos rodean... Un beso, Alma, con el alma,
V.
Todo está permitido cuando nos confundimos entre la marea.Es más fácil actuar como una oveja más del rebaño aunque sólo sea por un momento, que intentar pensar qué es propio de ti y qué no.A veces a todos nos apetece dejarnos ir... las ovejas se entienden entre ellas.
Unos recogen su "yo" a la salida, y otros prefieren olvidarse de él para toda la vida.
No se le puede pedir peras al olmo y menos en los tiempos que corren.
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