No sabíamos dónde ir; cerraban los bares, mirábamos el móvil charlando sobre cientos de cosas intrascendentes y sin embargo...la quietud se instaló sobre nuestros pasos, acunándonos y dirigiéndonos hacia....no conocíamos el final de aquellas frases sin dirección e intuyo que no queríamos saberlo.
Jugando, de nuevo y sin querer, al baile de la seducción. Veintitres minutos dijo un Sartre muy cercano. Suficientes para tener acceso a la ruta de tus pensamientos.. y entonces escuchas..."caminar sin ti no es del todo andar" y no te atreves a mirar el fondo de mis ojos, el espejo donde ayer colgué una escalera.
Nos despedimos en la escalera, veo tus pies; permanecen aferrados al momento, quieren prolongarlo, pero yo no sé dónde quiero poner el punto y final, así que esparzo sugerentes y cobardes puntos suspensivos tras mi "Hasta mañana".
Nos veremos por los pasillos.
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