Siento el latir...la vida ¡¡

La fragilidad de una vida enredada en mis brazos, luchando por abrir sus pequeños ojos y aprehender toda la realidad salpicada de manchas, pero eso no importa ahora...duerme pequeño; ladea tu cabeza sobre mi pecho que juntos esquivaremos flechas envenenadas y nos encaminaremos hacia las estrellas bajo una melodía imaginada..
No llores, no quiero que las lágrimas jueguen en tu piel y resbalen sobre ella, salinizando tus poros para abrir paso a futuras heridas. No consentiré que el viento se burle de tus peticiones, como lo hizo de las mias y que sea el fuego el que queme tus deseos en mágicas noches...porque Tú vestiras de verdad tus sueños. Por eso, no permitas que la luna arroje su engañosa luz a pasiones que prometen eternidad y sólo confía en la luz que brilla en tus ojos, los mismos que ahora se abren indecisos al mundo..los que más tarde encandilarán al destino, el cual no podrá resistirse y sucumbirá ante la dulzura que asoma en tus gestos.
Los latidos que arruyan al silencio crean un compás delicioso e infinito que me rodea, como garabatos en un lienzo hacen presa de la imagen y cerrando los ojos siento al fin que la vida es maravillosa; el resultado del amor más profundo se presenta entre mis manos con un pequeño rostro que no para de sacarme la lengua.
Te voy a envolver como a un caramelo, pequeña patatilla, para saborear tu olor infantil de dulce candidez. Te quiero pequeño, demuéstranos la poderosa fuerza de la vida.

Banalidad...

La búsqueda de la banalidad viaja junto al tedio, la dejadez se transforma en el ritual de una vida que no puede esconderse tras aquellos fonemas (V-I-D-A, decíamos y parecía que hablábamos de una verdad indiscutible....y ahora se jacta ante mis gafas). Me huyo, he escondido mi aliento en la esquina de la calle "Resignación " y permito que las horas resvalen sobre un cuerpo zarandeado por su monotonía. Te miras en el espejo y los lunes dejan paso a un martes idéntico al llamado miércoles.
Vagamente escucho una confesión de tus labios, intentas patéticamente resultar simpático a todo el mundo, repartiendo tus confesiones sin el menor criterio a una desconocida...hablas de mí y comentas "...no sé, tal vez llegue a ser algo más serio..." Disimulo..."pásame el vodka" He visto la humillación, intenté ahogarla con el cubata, pero...sajaste tus brazos y te postraste de rodillas, escondiéndote tras aquel traje que te venía grande y dando una desesperada calada a un lucky strike, entre el humo reías, pero no con aquella sonrisa torcida. Te vendiste, eso fue, al juego donde mueven ficha los hipócritas; comentarios estúpidos anteriormente criticados eran ahora vituperados con entusiasmo febril, propio del niño pequeño que intenta resultar maduro en la reunión de sus padres.
Pudo no haber muerto con aquellos besos e intentos frustrados de orgasmos que ante el desconocimiento de dos cuerpos y del propio anhelo por saciarse no consiguieron más que acabar dormidos, sudorosos, uno junto al otro. Un pasado que ya quedó tras el puente románico que trató desesperadamente de unir dos caminos. Se invierten los papeles y ahora huyo de entre tus sábanas y a pesar de no saber cómo "debo" despedirte, sé cómo "quiero" hacerlo...en esta sentencia lapidaria esculpo el porqué de mi huida, la esencial diferencia, el principal abismo.

¡¡Incoherencias!! gritas:supermanes que tratan de salvar al mundo bajo la bandera de unos ideales que enarbolan la posibilidad de la existencia de un mundo "mejor" , porque no habitamos, ni mucho menos, en el mejor de los mundos posibles. Hablas despectivamente sobre aquellos infelices que aún conservan la magia de unas ideas por las que luchar; banalidades lanzadas al viento que no traspasan la línea de las acciones.
Danzarines marionetas de hilos atados a una sociedad en la que las futilidades enmascaran los auténticos rostros; la simple verdad conocida por cualquier títere queda ahogada sobre los lazos que envuelven aquella hoguera de las vanidades; héroes que simulan vivir sus verdades en las que claman ensoñaciones de las que sólo quedan cenizas.
Susurras a mis oidos que rechazas aquel juego en el que el baile de las apariencias arropa todo sonido arrojado por millones de bocas, incoherentes, mientras tomas una coca-cola light para evitar un exceso de calorías...y es que, en un mundo de apariencias hay que mantener la línea.

Madrugadas

No puedo salir de tus ecos de voz áspera y ahora repercuten en mis sienes bajo forma digital. Un mensaje de madrugada "Gracias", me decías, por aquella noche, por aquellos días...por no odiarte... Y así colgaban tus palabras sobre una cuerda raida, tendidos y confusos...¿¿Qué esperas escuchar de mis labios?? Si fueron incapaces de odiarte cuando sajaste su carmín lanzando dardos de negación absurda...Ahora sólo podrán hablarte de ternura y cariño y sólo podrán besar tus mil perdones...
Todo me abstrae y me lanza hacia aquel rincón al que escapo muchas veces, donde la soledad se apiada de mi y me permite no pensar en nada, no sentir ni analizar cómo me siento...Así todo se hace más fácil...cuando la indiferencia te ciega, te ensordece y sella tu boca todo es lo mismo, todo es...simplemente "es" y no hay más cuestiones...Hoy únicamente quiero "ser", sin más. Disculpen las molestias.